Al comenzar el siglo XX Nicolás
Miramontes era ya un hombre de familia, su esposa Concepción Güereque, sus
hijas Alicia y Consuelo lo esperaban en su casa de la Calle 4ª número 296. Era
también un hombre de negocios en su almacén de calzado frente a la plaza
Merino, sobre la Ave. B. Juárez No.421, el cual administraba junto a su
hermano; ahí ofrecían variedad en zapatos importados para damas y caballeros de
la pujante clase alta chihuahuense.
La prosperidad de su
establecimiento le permitió entre otras cosas, viajar a lo que pareciera ser
una reunión de empresarios, fotografiados en grupo por Guillermo Kahlo; y
también adquirir una cámara fotográfica con la que registró su vida familiar,
al interior de su hogar y en compañía de sus seres queridos, y dejó testimonio
del bienestar y la cotidianeidad de los afortunados en aquella época.
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