Secretario de Estado Michael R. Pompeo en una reunión en la República Democrática Popular de Corea con miembros del Consejo de Seguridad de la ONU

SECRETARIO POMPEO: Buenos días. Se abre la 8.363º reunión del Consejo de Seguridad.
El orden del día provisional para esta reunión es la no proliferación/República Democrática Popular de Corea. Se aprueba el orden del día.
De conformidad con la Regla 37, invito a los representas de Japón y la República de Corea a participar en esta reunión. Así se decide.
Me complace dar la bienvenida a los distinguidos ministros y representantes reunidos aquí esta mañana. El Consejo de Seguridad ahora comenzará a examinar el segundo punto de la orden del día.
A continuación, haré una declaración en mi capacidad de Secretario de Estado de Estados Unidos de América.
Una y otra vez, a lo largo del pasado cuarto de siglo, las Naciones Unidas han dejado esto claro: el mundo no puede aceptar una Corea del Norte con arma nuclear. Esa no es solo la postura de los Estados Unidos. Esa es la postura del mundo entero.
Intentos diplomáticos anteriores de detener el desarrollo nuclear y balístico de Corea del Norte no tuvieron éxito. Pero ahora nos encontramos en el amanecer de un nuevo día. Desde que asumió la presidencia, el Presidente Trump ha liderado la campaña internacional de presión que ha resultado en el primer avance diplomático significativo en décadas.
Durante la histórica cumbre entre el Presidente Trump y el líder Kim en Singapur, el líder Kim se ha comprometido a trabajar hacia una total desnuclearización de la Península Coreana. Los dos líderes comparten un entendimiento personal de lo que tiene que suceder para la transformación de las relaciones entre los Estados Unidos y la República Democrática Popular de Corea.
Estados Unidos continúa interactuando con Corea del Norte para implementar los compromisos hechos en Singapur. Ayer, tuve una reunión muy positiva con el Ministro del Exterior Ri Yong Ho para conversar sobre cómo avanzar en todos los compromisos de la declaración conjunta de Singapur. También hablamos sobre una segunda cumbre entre el Presidente Trump y el líder Kim Jong-un.
No debemos olvidar lo que nos ha traído hasta aquí: la histórica campaña internacional de presión que este consejo ha hecho posible mediante las sanciones que impuso. Hasta que se consiga y se verifique por completo la desnuclearización final de la República Democrática Popular de Corea, es nuestra responsabilidad solemne y colectiva implementar en su totalidad todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU pertinentes a Corea del Norte.
El Presidente Trump ha dejado totalmente claro que si el líder Kim cumple con sus compromisos, un futuro mucho más prometedor le espera a Corea del Norte y a su gente, y Estados Unidos estará a la cabeza de la facilitación de dicho futuro próspero.
Queremos ver ese momento llegar lo más rápido posible. Pero el camino a la paz y un futuro más próspero existe solo mediante la diplomacia y la desnuclearización. Eso significa que cualquier otro camino que Corea del Norte eligiera inevitablemente llevaría a un aislamiento y presión cada vez mayores.
Es imprescindible que los miembros de las Naciones Unidas tomen esto muy en serio. La aplicación de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU debe continuar firmemente y sin falta hasta que logremos la total y final desnuclearización verificada. Los miembros de este consejo deben ser el ejemplo en esta labor, y todos debemos hacernos responsables mutuamente.
En particular, debemos hacernos todos responsables de hacer cumplir la Resolución 2397, la cual redujo el límite anual de importaciones de petróleo a Corea del Norte. Estados Unidos ha evaluado –y podemos decir con total certeza– que este año se ha incumplido el límite de 500.000 barriles.
Seguimos viendo importaciones ilegales de petróleo refinado adicional mediante transferencias de embarcación a embarcación, lo cual está claramente prohibido bajo la resolución de la ONU. Como miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, debemos comunicar a los capitanes de estas embarcaciones, a sus propietarios, y a cualquier otra persona involucrada en estas transferencias, que los estamos vigilando y que deben cesar sus actividades ilícitas.
Debemos todos hacernos responsables de cortar las exportaciones ilegales de carbón de Corea del Norte, las cuales proporcionan fondos que van directamente a sus programas de armas de destrucción masiva.
Y debemos hacernos responsables también de contener el número de trabajadores de Corea del Norte que permitamos dentro de nuestras fronteras. A Estados Unidos le preocupan informes recientes que indican que estados miembros, incluyendo miembros del Consejo de Seguridad, están acogiendo a trabajadores de Corea del Norte. Esto infringe el espíritu del contenido de las resoluciones del Consejo de Seguridad que todos acordamos respetar.
Y aunque las sanciones permanecen parte de la estrategia total que estamos siguiendo para eliminar las armas nucleares de la península coreana, quiero terminar con un aspecto positivo. Estamos bien encaminados en un proceso diplomático, y esperamos –de hecho, queremos– ver este proceso llegar a un final exitoso. Me complace que, en base a conversaciones recientes entre el Presidente Trump y el líder Kim, el Presidente me ha instruido que viaje a Pyongyang el próximo mes para reunirme con el líder Kim y acelerar el proceso.
Quiero reiterar que el futuro puede ser muy próspero para Corea del Norte si cumple con su compromiso de una total y final desnuclearización verificada. Ello llevará a la transformación positiva de las relaciones entre Estados Unidos y la República Democrática Popular de Corea y a una paz duradera.
En nuestra visión de una región libre y abierta en el Índico-Pacífico, las naciones son fuertes, soberanas, conectadas, prósperas y en paz. Pero esa visión para la región nunca se completará si no logramos conseguir esta transformación en la península coreana. El pueblo de Corea, la región y el mundo nunca logrará esa promesa total de futuro si no aprovechamos esta oportunidad diplomática sin precedentes de apertura a la paz.
Al comienzo de mi declaración, dije que nos encontramos en el amanecer de un nuevo día en las relaciones entre el mundo y Corea del Norte. Todavía no sabemos lo que este día nos traerá, pero tenemos la esperanza de que el avance actual en diplomacia conducirá a un futuro más próspero para Corea del Norte y un mundo más seguro para todos nosotros.
Gracias y espero con entusiasmo nuestras conversaciones.
Le paso la palabra ahora al vice primer ministro y al ministro de asuntos exteriores de Kuwait.

Ver contenido original: https://www.state.gov/secretary/remarks/2018/09/286265.htm

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