La Mujer Maravilla promueve la igualdad, pero al mismo tiempo, el ser único.


Es llamada la mujer más importante de la ficción moderna, la superheroina por antonomasia y una de las figuras femeninas más bellas de los cómics; pero más allá de eso, ¿qué es lo que agrega la Mujer Maravilla al mundo del arte secuencial y sus adaptaciones? La respuesta casi unánime es "Igualdad", pues se erige con vital importancia en un medio donimado por los hombres; sin embargo, se pierde de vista que Diana Prince agrega otro elemento muy importante a la ecuación: La Diferencia.
Por un lado, la igualdad que representa la amazona es el demostrar que, en potencia, una mujer puede lo mismo que cualquier figura heroica masculina; más allá de ser una damisela en apuros (aunque en inicio su debilidad era ser atada con su propio lazo mágico de la verdad); demuestra estar en términos físicos a la par con sus símiles varones de la Liga de la Justicia, además de contar con la virtud política, pues ella es embajadora ante las Naciones Unidas de la Isla de Themyscira.
Lo anterior, en varias ocasiones, la pone por encima de Batman y Superman en cuanto a liderazgo; ella fue entrenada para dirigir y representar a un pueblo, es un ser social que se debe de relacionar con los otros para que estos confíen en sus decisiones; pero al mismo tiempo, es abierta a la sugerencia y crítica. El Caballero de la Noche, sólo confía en su propio juicio moral, lo que lo aleja de los otros, no puede liderar si no tiene plena certeza de los otros; por su parte, el Hombre de Acero es un personaje de esperanza, está ahí para salvar el día, más no para guiar a los otros a su propia salvación; en otras palabras, deja inactiva a la alteridad pues esta no tiene el poder de salvarse a sí misma, ese peso recae en el kryptoniano.
Es aquí donde empieza la diferencia. La igualdad que representa la otrora conocida como "Marvila", no se tiene que ver en forma aritmética (A=A), pues eso significaría ser uno y lo mismo, ser igual a Batman o Superman en todos los sentidos; de ser así no habría forma de distinguir a un personaje de otro, con lo que valdría lo mismo hablar de los hombres que de la hija de Hippolyta.
Como mencionamos, ella está en potencia de poder lo mismo que un ser masculino, pero su querer, eso que pondrá en acto esas potencialidades; no es exactamente igual al de sus contrapartes. Sus características son únicas, por lo que adapta sus posibilidades a las mismas, recurriendo a las mismas acciones, pero realizandolas por vías (o métodos) ajenos a los de sus compañeros (y compañeras) superheroicos; el ejemplo ya lo mencionamos, ella es más política.
Asimismo, ¿no es una diferencia que sea la única mujer dentro de un grupo completado por seis hombres? ¿No es una diferencia que estos la vean como su igual o a veces, como superior? ¿No es esto una increíble contradicción? Claro que lo es,
Lo que nos muestra la Mujer Maravilla es que, en términos esenciales, la igualdad está ahí puesta y que esta persiste; pero, en términos contextuales o prácticos, esta se torna en diferencia ya que a pesar de compartir elementos que nos identifican como determinados seres, existen varias líneas de prolongación que definen a alguien en particular y que estas, a pesar de todo, no pueden ser obviadas. Como el hecho de ser una mujer, princesa, nacida de la arcilla y traida a la vida por los dioses griegos, que vivió gran parte de su vida en una antigua isla de Grecia alejada del mundo ordinario; o ser un millonario, playboy, que vio la muerte de sus padres, que vive sólo, en una mansión, con su mayordomo; o que tal, ser un alienigena, que fue educado por un par de granjeros en Kansas, que trabaja en un periódico y tiene problemas para hablarle a las mujeres.
Visto de esa manera, poco o nada tienen quer ver la Mujer Maravilla, Batman y Superman; y aún así, son las figuras heroícas más importantes de DC Comics y del mundo contemporáneo, para muchas personas.
Por: SDPnoticias

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