* Allí contarán con mayores garantías un trato justo y que atienda
a sus necesidades socioeconómicas y culturales: César Duarte
El gobernador del Estado, giró instrucciones precisas al Fiscal
General del Estado y al Fiscal General Especializado en Ejecución de Penas y
Medidas Judiciales, para que los 100 reos indígenas de las diversas etnias, que
se encuentran compurgando su pena en los diferentes centros de rehabilitación
social en el estado, sean trasladados al Cereso
de Guachochi.
Indicó que el Centro de Rehabilitación Social de Guachochi, ya ha
sido certificado y cuenta con las condiciones de seguridad, limpieza y orden, el
cual fue rehabilitado a fin de recibir a los reos de todas las etnias, para que
cuenten con una mejor defensa jurídica de sus derechos, y que no sean objeto de
maltratos que por las mismas razones sociales o culturales los llevan a sufrir vejaciones,
lo cual no se debe tolerar.
Este nuevo modelo penitenciario, será exclusivo para quienes
integran las etnias indígenas de Chihuahua, y que en ese entorno, cuenten con
un ambiente social y cultural más adecuado, además de que puedan ser estar más accesibles
a sus familiares, quienes podrán visitarlos y recibir mayores apoyos y
alimentos adecuados a sus usos y costumbres, que no estén al alcance de la
presión o sometimiento de personas que se imponen violentando sus derechos.
Este Cereso albergará a los 250 reos de origen indígena que purgan
sus penas en el estado. Tendrán adicionalmente, comentó el Gobernador Duarte,
el respaldo de trabajadores sociales, defensores de oficio especializados,
juzgadores con conocimiento de la cultura y dialectos de este segmento de la
población.
Este, dijo, es un paso trascendental en la historia de Chihuahua y
en México. “El tener el control en las cárceles, nos permite tener acciones tan
importantes y sensibles”. Este nuevo paso, dijo, nos permitirá hablar de un
sistema penitenciario en Chihuahua, integral y absolutamente evolucionado a las
capacidades que nos otorgarán una mayor seguridad, en beneficio de la población
en general. Afortunadamente hoy los resultados de la transformación del sistema
penitenciario en Chihuahua, rinden frutos en seguridad, en garantizar la seguridad
de los mismos internos.
“Chihuahua, yo me atrevo a acreditar, que a partir de tener el
control de los centros penitenciarios, de erradicar el autogobierno, ha
impactado de manera muy sensible por encima del 30% de los delitos de alto
impacto en las calles, es decir, el secuestro, la extorsión, los homicidios
dolosos, tenían que ver con los mandatos, con las estrategias que desde los centros penitenciarios se llevaban a cabo
para salvaguardar los intereses de la misma delincuencia organizada. Y éstos
son avances tangibles, estos son temas que han llevado a salvar vidas”, señaló
el gobernador del Estado, César Duarte Jáquez.
El Mandatario Estatal destacó que se habla de resultados que
cambian enormemente la realidad. Lo anterior, al hacer referencia a la
certificación de los 8 centros penitenciarios de la entidad y al haber cerrado
las cárceles municipales de algunas regiones del estado, lo que permite un
mayor control, en el que la disciplina garantiza la convivencia y disciplina de
los propios internos y de la sociedad en general.
Al expresar que afortunadamente se tienen avances, no solo en el
cumplimiento, sino en la certificación de los centros penitenciarios, el
Mandatario Estatal indicó que se ha erradicado el control de la delincuencia en
los penales y el autogobierno que se imponen los delincuentes para controlar
sus actividades dentro y fuera de los Ceresos. La disciplina y el control de os
penales, tienen que seguir transitando hacia medidas más rigurosas, observando
los derechos humanos y garantizando la integridad. En esto, enfatizó, los
resultados son muy amplios, en beneficio de la rehabilitación y reinserción
social.
Vamos a redoblar el paso para que los resultados sean aun más
amplios y se traduzcan en calidad de vida, integridad y seguridad de quienes
purgan una pena, además de garantizar a los chihuahuenses que las cárceles no
serán nunca más, universidades del crimen, sino espacios, en los que si bien,
se paga una pena, no signifiquen un peligro para la sociedad y se traduzcan en
la oportunidad de reintegración social a quienes están purgando esa pena.
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