Si estás planeando un viaje próximamente, considera hacerlo solo… Dicen
que es una experiencia que se debe realizar al menos una vez en la vida,
date la oportunidad de conocer gente nueva y dejarte asombrar por las
experiencias que te esperan.
Si no estás convencido del todo, checa estas siete razones que te harán
tomar tu maleta y viajar al menos al pueblo más cercano de donde te
encuentres.
1. Conocerás gente increíble.
En un viaje con amigos o una pareja puedes tener un montón de diversión,
pero los viajes en solitario pueden llegar a ser una de las cosas más
gratificantes que jamás hayas tenido por el simple hecho de viajar solo y
conocer personas que en tu vida te imaginaste conocer.
Cuando viajamos con amigos o pareja, tenemos la tendencia a permanecer
pegados a ese círculo de rostros familiares, y aunque te encontrarás con
gente nueva, la dinámica y las interacciones no serán tan profundas y
satisfactorias. En cambio, si decides tomar tu camino solo, estarás
ansioso por conocer compañeros de viaje, colaborar con otros viajeros y
socializar con personas diferentes a tu entorno.
2. La abrumadora sensación de libertad absoluta.
Cuando viajas por tu cuenta y empiezas conocer gente y hacer amigos
increíbles, probablemente decidas expandir tu viaje. Es probable que
cambies tus planes una vez que te enteres de esa cascada o ese desierto a
un día de distancia o practicar algún deporte extremo… Vale la pena
aventurarse y disfrutar de esas sensaciones sin necesidad de estar
acompañado.
La ventaja de hacer el recorrido solo, es que no necesitas encajar en la
agenda de un grupo, no necesitas seguir el ritmo de alguien más… Puedes
hacer lo que te dé la gana y a la hora que quieras hacerlo.
3. Viajar solo reta a tus miedos e inseguridades
Seguramente te llenarás de preguntas como “¿Qué pasa si algo sale mal?”
“¿Y si me meto en problemas?” Esto es normal y perfectamente humano,
tener temor a lo desconocido y salir de la zona de confort puede parecer
tétrico… Sin embargo, una vez que te atreves y logras superar toda
clase de temores y resolver problemas, te das cuenta de tu capacidad
para solucionar cualquier
La seguridad puede ser un gran consuelo, pero el sentido común es la
clave. Lee e investiga mucho antes de viajar. Entérate de absolutamente
todo y resuelve las dudas que surjan antes de irte.
4. Enamorarse Todo el mundo quiere encontrar a su media naranja y se habla mucho de relaciones fallidas. Detente… El hecho de viajar solo no quiere decir que regreses casado… Simplemente tienes que ir con la mente abierta de que tal vez conozcas a alguien que comparta tus intereses, tus sueños y metas y te haga enamorarte… Cuando viajas solo te encontrarás con tanta gente de todos los ámbitos de la vida que el enamoramiento puede ser pasajero y podrás vivir un amor de verano… en una de esas terminas en el altar, nadie lo sabe, pero hay mucha gente por ahí con historias increíbles. Si ya tiene pareja, este tiempo distanciados puede aumentar su pasión y una vez que estés de vuelta, apreciarás la compañía del otro aún más. 5. Tómate tu tiempo. Dedícate tiempo… Si tienes una vida estresante, el hecho de viajar por tu cuenta puede ser algo relajante. La mejor terapia para estar tranquilo. No importa si eres de los que prefieres un “mochilazo” o si prefieres irte a un spa de lujo, puedes darte unos cuantos caprichos durante tu viaje. Disfruta de las comidas locales, aumentarán tu energía y la salud. Da largos paseos por la playa al amanecer. Haz un poco de yoga y relájate mucho. Disfruta de todas las cosas maravillosas y entiende que la felicidad es un derecho de nacimiento, no un privilegio. 6. Recréate a ti mismo. Mientras viajas solo, puedes dejar atrás el mal humor. Explora partes de tu personalidad que no te sean muy familiares. Checa tu respuesta ante diversas situaciones. 7. Deja todo atrás. Desconéctate del mundo por un tiempo… Apaga el celular, no cheques tu e mail, no pienses en lo que tienes que hacer al regresar a tu rutina. Olvida las responsabilidades, las obligaciones y problemas. Deja atrás. Algunos de los momentos creativos más intensos o aquellos en los que podemos encontrar las soluciones para todos los problemas son esos momentos cuando nos desconectamos y dejamos de preocuparnos. A veces, nuestro cerebro necesita olvidar viejos pensamientos con el fin de ser capaz de crear un espacio para nuevos, unos mejores.
4. Enamorarse Todo el mundo quiere encontrar a su media naranja y se habla mucho de relaciones fallidas. Detente… El hecho de viajar solo no quiere decir que regreses casado… Simplemente tienes que ir con la mente abierta de que tal vez conozcas a alguien que comparta tus intereses, tus sueños y metas y te haga enamorarte… Cuando viajas solo te encontrarás con tanta gente de todos los ámbitos de la vida que el enamoramiento puede ser pasajero y podrás vivir un amor de verano… en una de esas terminas en el altar, nadie lo sabe, pero hay mucha gente por ahí con historias increíbles. Si ya tiene pareja, este tiempo distanciados puede aumentar su pasión y una vez que estés de vuelta, apreciarás la compañía del otro aún más. 5. Tómate tu tiempo. Dedícate tiempo… Si tienes una vida estresante, el hecho de viajar por tu cuenta puede ser algo relajante. La mejor terapia para estar tranquilo. No importa si eres de los que prefieres un “mochilazo” o si prefieres irte a un spa de lujo, puedes darte unos cuantos caprichos durante tu viaje. Disfruta de las comidas locales, aumentarán tu energía y la salud. Da largos paseos por la playa al amanecer. Haz un poco de yoga y relájate mucho. Disfruta de todas las cosas maravillosas y entiende que la felicidad es un derecho de nacimiento, no un privilegio. 6. Recréate a ti mismo. Mientras viajas solo, puedes dejar atrás el mal humor. Explora partes de tu personalidad que no te sean muy familiares. Checa tu respuesta ante diversas situaciones. 7. Deja todo atrás. Desconéctate del mundo por un tiempo… Apaga el celular, no cheques tu e mail, no pienses en lo que tienes que hacer al regresar a tu rutina. Olvida las responsabilidades, las obligaciones y problemas. Deja atrás. Algunos de los momentos creativos más intensos o aquellos en los que podemos encontrar las soluciones para todos los problemas son esos momentos cuando nos desconectamos y dejamos de preocuparnos. A veces, nuestro cerebro necesita olvidar viejos pensamientos con el fin de ser capaz de crear un espacio para nuevos, unos mejores.
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