La frase es
ingeniosa, pero inútil, epistemológicamente hablando, sobre todo si partimos
del hecho de que la consecuencia “natural” de la vida es la muerte. Aunque, también,
puede hacerse referencia al hecho de que, en las diferentes posibilidades de
vida, no todas suelen ser seguras o salubres como para presumir una
sobrevivencia a largo plazo. La tendencia de las sociedades contemporáneas apunta
hacia la muerte, ya sea de un modo manifiesto o encubierto. Con estos cinco
elementos, es suficiente para suponer que vivir es peligroso y que, a la larga,
conduce irremediablemente a la muerte:
La velocidad en
primer lugar, la mayoría de los fabricantes de automóviles presumen la
posibilidad de que sus vehículos puedan alcanzar 100 km por hora en cada vez
menos segundos; ahora el limite se ha reducido notablemente de 10 a 6 segundos.
En segundo lugar,
el alcohol. Todos los individuos que son presentados en la publicidad de
bebidas alcohólicas son sujetos que para nada tienen los efectos adversos de un
consumo continuado del alcohol, son gente bonita, esbelta y que, en apariencia,
mantienen en forma la buena postura y el buen comportamiento,
independientemente de que parecen haber nacido con un vaso entre las manos.
En tercer lugar,
el sexo. No mencionaremos los comerciales que hablan explícitamente de
productos relacionados con el acto sexual y en los cuales se justifica gran
parte de los enunciados que mencionan frases como “duración”, ”resistencia” y “toda
la noche”; sino que hablaremos de los comerciales que, sin referirse explícitamente
a productos relacionados con el acto, hacen uso de la seducción y de las
referencias eróticas al extremo que uno puede suponer que los actores, en sus
ratos de ocio, cometen actos impropios con jabones, cepillos y enjuagues
bucales además de detergentes y otros productos de limpieza, incluyendo, en
ocasiones, galletas para mascotas y fijadores para el cabello.
En cuarto lugar,
comprar. Comprar es un acto extremo, del cual no siempre es posible salir
ileso, especialmente cuando se adquieren productos inútiles, peligrosos o
demasiado ostentosos, lo suficiente como para que le arranquen a alguien un
brazo por cometer la imprudencia de usar un Rolex en una sociedad con ingresos
de dos salarios mínimo máximo.
La quinta
actividad de riesgo- y no en orden de importancia- es comer. Comer se ha
convertido en una actividad peligrosa. Sobre todo en el contexto de una
sociedad subdesarrollada, subalimentada e irónicamente con el índice más alto
de obesidad en el mundo. La mayor parte de los productos alimenticios que se
anuncian son todo, menos sanos y nutritivos, desde refrescos, embutidos,
enlatados, productos refrigerados, etc.
Si bien las opiniones pueden ser diversas no se puede
negar que si te abstienes de realizar lo antes mencionado, de todas formas vas
por el mismo camino, claro está que puedes retrasar un poco el inevitable
final; como es de todos sabido nadie sabe hasta cuando llegara su final pues se
dan casos de personas que están inmersos en los excesos y tienen una larga vida
y que aquellas que por así decirlo llevan una vida sana por cuestiones del
destino se van antes y esa es la contradicción, el asunto es que cada quien
debe determinar cómo disfrutar su vida sin importarle lo que los demás digan,
ya que la existencia es solo una y muy a pesar de los sinsabores que presenta
es de gran valor mantener la frente en alto y aceptar todo lo que se presente
con conocimiento objetivo de su destino.
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