Hay bondadosos (y
bondadosas) hasta el hartazgo, son horrible, asquerosa y odiosamente buenos, de
tal manera que, por supuesto, son insoportables. Su destino es ser
sacrificados, para poder ser recordados posteriormente como las víctimas
propiciatorias por excelencia. En tal sentido, los buenos, en una sociedad en
donde se pondera la astucia y la sagacidad, la posibilidad de vivir cómodamente
sin necesidad de cumplir con todas las obligaciones que impone formalmente la
sociedad, son simplemente un recordatorio, bastante molesto por cierto, de la imperfección
de la estructura social o de la doble moral que prevalece en la misma… por lo
tanto, no serán los personajes más celebres ni los más populares de ella.
Dentro de su clasificación se mencionan cinco tipos de
conductas que pueden ser desarrolladas por los seres humanos que viven en
sociedad:
Social: descrita como la conducta que se desarrolla
conforme a las normas morales, éticas y jurídicas de una sociedad.
Asocial: conducta que se desarrolla al margen de las
normas de la sociedad, no cumple con los valores y, en apariencia, resulta
indiferente respecto de los mismos.
Parasocial: conducta que no cumple con las normas de la
sociedad, las transgrede, pero no de una forma totalmente abierta, aunque si
provoca determinada inquietud, sobre todo en los sectores más conservadores de
la sociedad.
Antisocial:
conducta que abiertamente agrede las normas de la sociedad, recibe una descalificación
unánime de esta y tiene una alta probabilidad de sufrir el rechazo de la
sociedad o de ser sometidos sus agentes a procesos de represión.
Hay una quinta categoría de conductas supersociales, que
son descritas como aquellas que cumplen en exceso con los valores de una
sociedad. En teoría, son el ideal al cual deben aspirar los integrantes de una
comunidad o de una sociedad. Retomando la clasificación criminológica
mencionada en esta reflexión, podemos pensar que, si hay conductas
supersociales que entrañan consecuencias desfavorables para la estructuración de
una sociedad, tal y como sucede en el caso de los bondadosos en extremo,
podemos suponer que existen conductas antisociales y parasociales que son funcionales;
es decir, que favorecen la estructuración de la sociedad.
a) En
primer lugar, la conducta criminal sirve para conmover los sentimientos más
profundos de la sociedad; en particular cuando se trata de delitos de sangre
cuya descripción puede impresionar a los espectadores o a los lectores.
b) La conducta criminal se emplea como referente
para los miembros de una sociedad. Finalmente, es inevitable que los
espectadores o los lectores de noticias de nota roja se comparen con los
agentes que cometen delitos y que lleguen a la conclusión de que no son tan
malos o de que su vida no es tan mala.
c) De acuerdo
con algunos autores, la lectura de la nota roja permite que los lectores hagan
catarsis respecto de sus frustraciones; el hecho de observar (mediante los
medios de comunicación, ya sea por medio de noticias o de programas de ficción),
que otros hacen lo que ellos no se atreven a llevar a cabo. En vuelve una función
catártica…
Algunos beneficios del
crimen descritos para una mejor comprensión
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