Tanto si el reto
es confrontar a la autoridad, la atracción sexual o las ambiciones
profesionales, el intercambio igualitario y libre de ideas entre los amigos y
colegas es el adhesivo que mantiene junto al equipo. Lo que los separa al final
es únicamente el deseo de una excelencia continua. Ser excelente no es ser idéntico
a otro, luchar por mantener el trabajo a expensas de la integridad y respeto
propio no merece la pena, y no siempre hacer lo correcto. Aunque ellos buscan
en formas diferentes y conflictivas lo que creen que es bueno, podemos esperar
que estos amigos sigan defendiendo el arete y deseándose el bien entre ellos.
En algún momento
el grupo de amigos tiende a desintegrarse por diversos motivos, claro está que
cada uno busca ser excelente en lo que hace, y tal vez el medio en el que se
desenvuelve ya le parece chico y necesita ampliar el horizonte. No siempre se
hace de la manera correcta pero la visión de lo que se planea es tan fuerte que
no medimos las consecuencias de nuestros actos y tarde que temprano arrastramos
a los que nos aprecian y nos olvidamos que ellos también buscan trascender con
lo que les ofrecemos.
A diario se nos
presentan complicaciones para ver qué actitud tomamos ante ellas, pero somos
tan soberbios que no sabemos leer las señales que nos dan indicadores de cuando
estamos haciendo algo mal y sobre todo nos creemos tan perfectos que no tenemos
la humildad de agradecer a los que en su momento nos brindaron su ayuda, ya que
son los pequeños actos los que nos vuelven grandes y sobre todo quedaran en la
memoria de la gran mayoría pues es cuando se reconocerá la labor que
realizamos.
Porque será que
las personas no aprecian lo que se hace por ellos, pues es en reconocimiento a
su trayectoria por los logros de su vida, o será acaso que dependerá de la región
en la que se desenvuelven ya que a nivel global se hacen clasificaciones de
pertenecer a un primer o tercer mundo, donde los primeros tienen más visión y
saben explotar su entorno y logren obtener un beneficio; los segundos se quejan
de lo que tienen pero no saben aprovechar los grandes recursos con los que
cuentan y sobre todo no se encaminan para lograr el bien común sin sentir
envidia de los demás.
Cuando la mayoría
logre sobresalir en lo que considere necesario pues son tantas las aéreas del
saber o del conocimiento, cuando separe los defectos por los que siempre
estamos acompañados y que solo busque el bien para los demás, será entonces que
esa excelencia estará presente en todo lo que realice sin menospreciar que cada
uno sigue su camino, ya que todo funciona mientras no se hable o el momento y
el lugar adecuado no se presentaran; influir en las decisiones puede ser muy
meritorio o saber que las diferencias nos ayudan a que seamos mejores, si somos
constantes en esa misión o que el talento con el que se está adherido
lograremos alcanzar la excelencia.
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