Adict@s

 La edad de inicio de consumo de estupefacientes arranca desde los nueve años de edad, ya serian casos mas sorprendentes donde los niños inhalen cualquier cosa; claro que siempre habrá sus excepciones para atraer publico donde en un conocido canal de Internet donde hacen que los bebes fumen y en su momento si parece gracioso, pero si ponemos en tela de juicio a los padres de las criaturas se nota la falta de criterio para el buen desarrollo de las nuevas generaciones que en su momento sostendrán la economía de un país.
 Los que fueron atrapados por las garras de las adicciones y están en proceso de recuperación ponen en su opinión que quieren sentirse superiores, llamar la atención de los padres, agradar a los amigos mas grandes o todo aquello que podría sonar a pretexto para jugarse de la realidad, pues el jugarse a los problemas de la sociedad como lo son los divorcios, alcoholismo, vida ingobernable o cada cosa que no es visto con buenos ojos ante la sociedad relativamente sin problemas pues en un análisis pos cada palabra seria detallado.
 Ahora las adicciones van cambiando los patrones pues el uso desmedido de las redes sociales, ver pornografía, la televisión que presenta programación solo para entretener a la gente y no aporta nada benéfico a no ser que los intereses económicos así lo requieran, los video juegos que presentan a la vez una doble cara, los juegos de azar donde las apuestas de grandes cantidades de dinero son una constante y todo aquello que produzca placer o un estado de euforia relativamente al instante.
 Se dice que para mantener el vicio llegan a prostituirse para comprar la dosis del día, pero hasta donde se le puede considerar adicción pues las mujeres que ejercen el oficio mas antiguo del mundo lo hacen por necesidad y para nombrarlas así, como palabra denigrante es en contradicción pues actualmente ya lo hacen por gusto y no porque requieran tener un sustento económico,  ahora hasta los hombres se dedican a eso pero hasta donde se puede considerar mal visto si ya hay lugares establecidos para el comercio sexual.
 Solo los moralistas ven con malos ojos todo lo anteriormente mencionado y se escudan a veces que en su religión no alcanzaran el paraíso y sus almas se pudrirán en el infierno, pero hasta tener una creencia se puede convertir a veces en una contradicción pues el creer que un poder superior te ayudara a salir del problema o el estar encerrados en los templos escuchando la palabra para la salvación queda entre dicho si en verdad se quiere ayudar al prójimo o a uno mismo.

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