El hígado es uno de los órganos más sensibles del cuerpo
y está ubicado del lado derecho del abdomen, justo debajo de las
costillas. Cuando recibes un gancho bien colocado, pasa lo siguiente:
1. Golpea un órgano muy sensible
El
hígado no está hecho para recibir impactos. Tiene muchas terminaciones
nerviosas, así que cualquier golpe fuerte ahí se siente intenso e
inmediato.
2. Provoca una reacción nerviosa
El golpe estimula el nervio vago, lo que hace que el cuerpo “se apague” por un momento. Por eso:
Se te va el aire
Sientes que no puedes respirar
Las piernas pierden fuerza
No es falta de condición: es una reacción automática del cuerpo.
3. El dolor se expande
El dolor del gancho al hígado no se queda solo ahí. Se irradia hacia:
El pecho
El estómago
La espalda
Por eso muchos boxeadores caen de rodillas aunque estén “enteros” de la cabeza.
4. No es solo fuerza, es precisión
Un gancho al hígado no necesita ser el más fuerte, sino:
Bien colocado
En el ángulo correcto
En el momento justo (cuando el rival exhala)
Por eso boxeadores técnicos pueden noquear con golpes al cuerpo.

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