El beisbol mexicano despide al histórico lanzador que
logró la hazaña en una final de Serie Mundial de Ligas Pequeñas; también
brilló con Sultanes y Naranjeros.
El
Rey de los Deportes está de luto. Ayer domingo falleció Ángel Macías
Barba, legendario beisbolista que formó parte del emblemático equipo de
los Niños Campeones de 1957, aquel que hizo historia al coronarse en la
Serie Mundial de Ligas Pequeñas en Williamsport, Pensilvania.
Macías
inscribió su nombre en letras de oro al lanzar un juego perfecto en la
gran final de ese torneo, proeza que hasta hoy permanece como única en
una final del campeonato infantil. Ese triunfo no solo le dio el título
al equipo Industrial de Monterrey, sino también el reconocimiento
internacional al beisbol mexicano.
“En
memoria de nuestro querido Ángel Macías Barba… en estos momentos
difíciles queremos expresar nuestras más sinceras condolencias a su
familia y seres queridos. Descanse en paz”, expresó el programa de Ligas
Pequeñas en México a través de sus redes sociales.
Tras
su histórica hazaña, Macías continuó su carrera en el beisbol
profesional. Estudió la carrera de administración de empresas en la
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y jugó durante 11 temporadas
en la Liga Mexicana de Beisbol, destacando sus últimas cuatro campañas
con los Sultanes de Monterrey. Su llegada al equipo regio en 1971 estuvo
marcada por la salida del mítico Héctor Espino.
En
la Liga Mexicana del Pacífico también dejó huella: formó parte de los
Naranjeros de Hermosillo en la primera Serie del Caribe disputada en
1971 en Puerto Rico, convirtiéndose en el primer bateador mexicano en
tomar turno al bate en ese clásico caribeño.
Su
legado perdura no solo en los libros de historia del deporte, sino
también en la memoria colectiva de México. Descanse en paz, Ángel Macías
Barba, el niño que tocó el cielo con un guante y una pelota.
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