-_El Padre Alejandro Cortés sirvió como bombero voluntario por 12 años
en la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Chihuahua_
Luego
de 12 años de servir y proteger a los chihuahuenses como bombero
voluntario en la Dirección de Seguridad Pública Municipal, y a Dios por
más de 40, el Padre Alejandro Cortés, un sacerdote con mucha vocación y
entrega hacia la labor que realiza, fue reconocido y despedido por sus
compañeros, luego de enterarse que sería removido a otra Diócesis del
país.
Y es que no es común ver a un siervo de Dios realizando
labores como las que realizan los combatientes del fuego, sin embargo su
amor y caridad para con los demás lo han hecho darse tiempo para
atender sus múltiples actividades como ministro católico y como bombero,
pues según él mismo ha expresado que “cuando se quiere se puede”.
Pero
no se refiere únicamente al deseo de querer hacer las cosas, sino más
bien al sentimiento profundo y verdadero de amor al prójimo, al más
desprotegido y sobre todo al ser divino por quien ha dedicado más de la
mitad de su vida: Dios.
Con la imagen de Cristo en una mano y sus
herramientas de bombero en la otra, el Padre Alejandro, como lo llaman
sus colegas, solía salir a bordo de una bombera a brindar su ayuda,
acción que realizó cientos de veces y en beneficio de cientos de
personas de la ciudad, sin importar de qué situación se tratase; lo
mismo en un incendio, un rescate o brindándole los primeros auxilios.
Desde
pequeño, al encontrarse estudiando en secundaria y siendo aún
adolescente, el ahora pastor de ovejas inició sus primeros pasos como
rescatista de alta montaña en la Cruz Roja Juvenil de la Ciudad de
México, posteriormente se preparó como paramédico y finalmente como
bombero, sin retribución alguna, más que la satisfacción personal de
ayudar a los demás por el amor y lealtad que un día profesaría.
Posteriormente,
en el año 1978, Alejandro Cortés González-Báez, fue ordenado como
sacerdote, ministerio que le demandaba gran parte de su tiempo, pero
cuyo amor y ganas de servir le permitieron convertirse en uno de los
pocos religiosos capaces de realizar esta actividad, dejándole un sinfín
de satisfacciones a lo largo de los años.
Ahora, el Padre
Alejandro, quien además cuenta con los títulos de filósofo, teólogo y
pedagogo, será trasladado en breve a la Diócesis de Monterrey, hecho
que, de acuerdo a sus propias palabras, no lo detendrá para continuar
desempeñando sus actividades extra religiosas para salvar vidas y no
sólo almas, en favor de quienes más lo necesitan.
“He pasado por
casi todas las estaciones que conforman al cuerpo de bomberos de esta
ciudad y me voy plenamente satisfecho, el poder apoyarlos fue para mí
una bendición y un momento para desestresarme. Invito a las personas a
comprometerse con una acción de altruismo por su comunidad, si yo puedo,
ustedes también”, refirió el clérigo.
Al enterarse de su
partida, el comandante del H. Cuerpo de Bomberos capitalino, Juan Manuel
Morales y varios de sus colegas, realizaron un convivio en su honor en
una de las estaciones de la ciudad, para agradecerle y reconocerle todo
el esfuerzo, dedicación y cariño que dejó como legado en ellos y a
quienes antes de concluir otorgó su bendición.
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