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La Clínica de Sobrevivientes de Cáncer Infantil del ISSSTE,
pionera en México para atender secuelas, rehabilitar y reintegrar a los
pacientes a la sociedad.
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Supera ISSSTE media nacional de
sobrevivencia en cáncer infantil; siete de cada diez pacientes vencen al cáncer
pediátrico.
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Se ha logrado agilizar la canalización de niños y jóvenes con
sospecha de cáncer al Centro Médico Nacional 20 de Noviembre de 120 días a
siete días.
El ISSSTE
presentó la Conferencia de Caso Médico Sobresaliente de Berenice, de 21 años
residente de la comunidad rural El Chauz, del municipio de La Huacana, en
Michoacán, quien narró cómo su infancia y adolescencia se vio interrumpida
abruptamente por cáncer germinal de ovario a los 14 años y gracias a la
detección y tratamiento oportunos que recibió de especialistas del Hospital
Regional de Morelia, del Servicio de Oncología y la Clínica de Supervivientes a
Cáncer Pediátrico del Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre”, logró
vencer la enfermedad y cumplir sus sueños de estudiar y formar una familia.
La Dra. Farina Esther
Arreguín González, Jefa de Oncología Pediátrica y titular de la Estrategia
Nacional Clínica de Supervivientes a Cáncer Pediátrico del ISSSTE, informó que en el
Instituto el promedio de sobrevivencia supera la media nacional y se logra
salvar la vida a 66% de los pacientes.
Esta mejora, añadió,
se ha logrado gracias a la detección y atención oportunas que se han conseguido
con campañas de información a padres de familia en las Estancias de Bienestar y
Desarrollo Infantil (EBDI), capacitación en identificación de síntomas de
sospecha de cáncer a médicos generales y a la agilización del tiempo de
referencia de los pacientes de sus unidades médicas al Servicio de Oncología
del CMN “20 de Noviembre”, que se redujo de 120 días a tan sólo una semana para
que los pacientes lleguen al centro de atención especializado.
Bere es una de las
174 pacientes atendidos con abordaje multidisciplinario de vanguardia en esta
Clínica, única de su tipo en México, cuyo objetivo “es después de curar el
cáncer, detectar secuelas físicas, sicológicas y sociales en los pacientes y
rehabilitarlos para que sean adultos saludables y productivos, ya que 90% de
los sobrevivientes llegan a presentar una o más secuelas ocasionadas por la
enfermedad y los tratamientos”.
Por su parte,
Berenice Pineda Torres, acompañada por sus médicos tratantes, por su esposo
José Abraham Torres y su pequeño hijo Joel de tres años de edad, manifestó su
agradecimiento por la calidad de la atención que ha recibido: “Estoy muy
orgullosa del ISSSTE porque ahí todos te atienden, no te dejan sola y están
al pendiente. Porque gracias a Dios y mis doctores tengo a mi hijo, gracias al
Instituto estoy viva”.
La joven dijo que
todo empezó cuando estudiaba la secundaria y un día, tras regresar de una
fiesta, de manera inesperada su abdomen empezó a hincharse en forma alarmante,
estaba estreñida y presentaba fuertes cólicos, nunca imaginó que este suceso
terminaría siendo cáncer, que tendría que someterse a quimioterapia y perder su
larga cabellera y que en los momentos más críticos la asaltaría el temor de no
poder tener hijos.
Arreguín González
explicó que los padecimientos oncológicos son la primera causa de muerte por
enfermedad en la edad pediátrica y los tumores de células germinales, grupo al
que pertenece el teratoma inmaduro o
cáncer de ovario que presentó Bere, constituyen cerca del 3% de los
padecimientos oncológicos que afectan a los infantes, pero en el rango de edad
de 15 a 19 años su incidencia aumenta al 14%.
En su oportunidad, el
Dr. José Antonio Soto Gómez, Coordinador de Cirugía del Hospital Morelia,
afirmó que en el caso de Bere la sospecha diagnóstica y la intervención
quirúrgica oportuna y de emergencia que implicó la extracción de la vesícula y
de la tumoración adherida al ovario izquierdo, fueron decisivos para un buen
pronóstico, pues la cirugía es la piedra angular del tratamiento, seguido de
quimioterapias. A Bere, por ser menor de edad se le aplicó una técnica
quirúrgica conservadora para preservar su fertilidad, en la que no se tocaron
el útero ni el ovario derecho, por lo que en su momento pudo emrazarse.
A
su vez, María Elena Rosas Zúñiga, trabajadora social integrante de la Clínica
de Sobrevivientes Pediátricos de Cáncer del CMN “20 de Noviembre”, resaltó que
el trabajo con los adolescentes y familiares afectados por esta enfermedad es
muy sensible por la etapa de cambios y búsqueda de identidad, “con Bere
trabajamos para que superara su rebeldía, viviera su duelo y la preocupación de
perder el cabello y conseguimos que se reincorporara inmediatamente a la
escuela, gracias a que cuenta con una familia funcional que la apoyó con
afecto, disciplina y límites, conseguimos su apego al tratamiento”. La terapia
incluye a la familia para que puedan apoyar a los infantes que padecen cáncer.
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