Chihuahua, Chih.- Dentro del marco de la conmemoración del Cáncer
Infantil, la Secretaría de Salud, informa sobre los principales signos y
síntomas de esta enfermedad, con la finalidad de detectarlo a tiempo y tener un
mejor pronóstico de recuperación.
El coordinador del Comité Técnico del Consejo Estatal para
la Prevención y Tratamiento del Cáncer en la Infancia y la Adolescencia, doctor Sergio Elizalde Morton, comentó que un diagnóstico oportuno es la mejor
herramienta para lograr una recuperación en los niños que sufren esta
enfermedad.
Las principales señales de alarma en los
menores de 18 años son el dolor de cabeza persistente que incrementa a pesar de
la toma de medicamentos, aumenta su intensidad durante la noche e incluso
despierta al niño debido al malestar que le causa; puede acompañarse de vómito,
desviación de la mirada, alteraciones visuales, pérdida del equilibrio, cambios
de la conducta, cambios en el rendimiento escolar.
También es común la elevación de la
temperatura corporal sin causa aparente, inclusive si se proporcionaron
medicamentos para la fiebre o infección,
palidez o pérdida del color de la piel, sangrados frecuentes en nariz, boca y
encías, además de la aparición de
moretones.
El
constante dolor de huesos que aumenta a pesar de suministrar analgésicos es
otro indicador, puede acompañarse de aumento en el tamaño del hueso afectado e
incapacidad para el adecuado movimiento de los brazos y/o piernas; el dolor se
asocia con la actividad física y no disminuye con el reposo.
Otro síntoma es la alteraciones de la visión o
en los ojos tales como, el cambio de color que se detecta a contra luz, puede
ser que la pupila se vea blanca, cambio de tamaño de los ojos, de las partes
alrededor del mismo o disminución de la vista.
La aparición de ganglios (bolitas) en cuello,
ingles y axilas, la disminución de peso rápida y progresiva sin causa aparente,
es otro factor considerado de riesgo.
Existen otros cambios menos frecuentes que
pueden ser avisos para los padres de que algo no está bien, como el aumento de
tamaño de uno o ambos testículos, cambios de ánimo o del carácter, salida
persistente de secreción en uno o ambos oídos, tos sin causa aparente o sin
infección, en general cualquier cosa que a los padres y/o al paciente no les
parezca habitual debe ser consultada con el médico.
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