Desde
hace dos años y medio Kevin Gerardo Peña Grado acude a la Escuela de Artes y
Oficios para Personas con Discapacidad y Adultos Mayores, ahí encontró un
espacio donde puede convivir con
personas de su edad y compartir experiencias.
Don José
Luis y Doña Ignacia son los abuelitos de Kevin, ambos se hacen cargo del joven
desde que nació; han logrado sacarlo adelante y alentarlo para que tenga una
vida plena sin importar sus limitaciones físicas y mentales.
Con 65
años de edad, Don Luis trabaja como empacador en una tienda comercial y cuando
llega a casa, lo primero que hace es platicar con su nieto, comparte
experiencias del día y lo lleva a pasear.
La
señora Grado dijo que se siente muy orgullosa de su nieto, porque a pesar de
tener hidrocefalia y meningocele ha
logrado tener muchísimos avances, lo considera un “niño feliz” y eso es lo que
más le da emoción y alegría.
Reconoció
que ha sido muy difícil la crianza del pequeño Kevin, porque desde su
nacimiento ha tenido que luchar todos los días por que esté bien, y le da
gracias a Dios por tener salud y vitalidad para conducirlo, apoyarlo y
atenderlo.
Agradece
a los maestros e instructores de la
escuela de artes y Oficios, porque le han permitido a ella, y a Kevin tener un espacio donde pasar el
tiempo, aprender actividades y mantener un ritmo de trabajo acorde a sus
necesidades.
Recordó
que hace algunos años Kevin entró en depresión por inactividad, sin embargo ahora se siente
motivado y feliz, disfruta de viajar en el camión adaptado para personas con
discapacidad los dos días de la semana que acude a la Escuela de Artes y
Oficios.
También
ha logrado desarrollar un gusto por los juegos en computadora, navegar en
internet y buscar temas que le resultan interesantes como: la vida de los
animales y lugares lejanos, además de visitar el parque, bailar y escuchar música.
A pesar
de su discapacidad, Kevin pudo cursar en clases regulares el kínder y la
primaria. Asistió al Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT), gracias
a las terapias puede hablar y tener movimiento parcial en sus extremidades,
encontró gusto y satisfacción cuando logró nadar con el movimiento de sus
brazos.
Kevin
terminó cursos y terapias en el CRIT y en el Centro de Rehabilitación y Educación Especial del DIF
Estatal. Ahora tiene nuevas metas: aprovechar al máximo otros talleres durante
su estancia en la Escuela de Artes y Oficios, donde ha estrechado lazos de
amistad con sus compañeros.
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